Tener un adecuado contrato de arrendamiento es la protección de tu propiedad, pues estás entregando la posesión del bien a tu inquilino a cambio de sólo un pago proporcionalmente pequeño que es la renta. Por ello, un contrato de arrendamiento debe contener las cláusulas necesarias que protejan tu inmueble en los aspectos que te interesan.

Antes que cualquier cosa, evita comprar un contrato en una papelería. No cometas este gran error que a primera vista puede ser muy práctico, pero a la larga verás que será un gran error. Cada inmueble tiene distintas características y cada convenio o pacto debe estipular las claúsulas que convengan tanto al arrendador como al arrendatario precisos.

 

Situaciones como las anteriores son cosa de todos los días. Miles de personas en todo México rentan inmuebles a otras personas sin firmar un contrato o con contratos de “machote”, comprados o bajados de internet, poniendo en riesgo su patrimonio familiar.

 

Es muy importante que elijas bien a tus inquilinos, pero una vez escogidos, otro paso imprescindible es elaborar correctamente un contrato. A continuación te sugerimos algunos elementos que debes considerar, mismos que son sugeridos por el lic. Alejandro Kuri Pheres, Director del Instituto de Administradores de Inmuebles A.C.

 

-Nombres de las partes, señalando el carácter con el que participan en el acto jurídico, es decir, aclarando quién es el arrendador y quién el inquilino.

-Dirección exacta del inmueble, señalando número exterior, interior, colonia, delegación o municipio, código postal y ciudad.

-El precio de la renta, señalando que el pago es mensual.

-El plazo del arrendamiento, que normalmente es de un año forzoso para ambas partes.

-El lugar de pago, donde debemos señalar una dirección donde el inquilino está obligado a entregar el importe de la renta para efectos legales, aunque en la práctica el pago se haga por medio de depósito bancario, transferencia o cobranza directa.

-El uso que se le va a dar al inmueble.

-La cantidad entregada como depósito para garantizar el pago y que normalmente es equivalente a un mes de renta.

-El nombre y dirección completos del fiador, que personalmente prefiero sea un familiar cercano –padre, madre, hermano o tío- así como la dirección completa y datos del registro público de la propiedad del inmueble que señala como garantía de pago.

-La fecha de elaboración y firma del contrato.

-Las firmas del arrendador, inquilino y fiador.

 

La redacción del cuerpo del contrato depende de cada persona y no cambia sus efectos mientras contenga todos los elementos mencionados anteriormente.

 

Como siempre, lo mejor que puedes hacer es que cuando realices cualquier operación inmobiliaria te asesores de un profesional inmobiliario certificado.

 

 

Fuente: AMPI